“Me encanta ayudar a la gente, me hace feliz”, comenta Tarek Ali. El impulso innato de querer levantar el ánimo de este influencer, empresario, artista, escritor y actor, entre otros, afincado en Los Ángeles, se ha ido desarrollando desde que era un niño. Sin embargo, hay algo que ha permanecido intacto: siempre se da prioridad a sí mismo.
En el amplísimo panorama de personalidades cuidadosamente elaboradas de las redes sociales, Ali representa un oasis de autenticidad: es fiel a su esencia y sincero respecto a su trayectoria desde una infancia complicada hasta una edad adulta próspera. Pero, lo más importante es que la alegría no es la única emoción que cultiva. De hecho, es su voluntad de ser honesto sobre los altibajos de la vida, incluidos los suyos propios, lo que ha despertado un fuerte sentido de comunidad entre los cientos de miles de seguidores de su canal de YouTube y sus cuentas de Instagram y Twitter.
Tarek dice que su libro de trabajo interactivo How I'm Learning to Love Myself (Cómo voy aprendiendo a quererme a mí mismo) es como una “guía para mejorar el amor propio”.
“Siempre empiezo los vídeos de la misma manera: ‘Hola, soy Tarek Ali, ¿cómo estáis?’ ¿Cómo os sentís? Espero que os encontréis bien’. Es una forma de interesarme [por mis seguidores]. Quiero que la gente se acepte a sí misma y se diga: ‘Bueno, seamos sinceros’. Mi canal puede parecer una guía de ayuda, pero, en realidad, tan solo es mi vida. Hago partícipes de ella a mis seguidores y les cuento lo que he aprendido y cómo estoy cambiando, de modo que puedan decidir cambiar y crecer conmigo”, explica.
En este artículo, Ali habla sobre cómo compaginar el arte con los negocios, la meditación, su rutina de cuidado facial y la belleza de la autoaceptación.
Cómo se abrió camino.
“Siempre he sido muy creativo: me encantaba actuar en las obras de teatro del colegio y la iglesia, y escribir las mías propias para representarlas con mis hermanos, como éramos once en casa, siempre había suficientes personas para formar un buen elenco de personajes. Pero entonces, en resumidas cuentas, la vida nos dio un duro golpe. Mi padre perdió su trabajo, perdimos la casa... lo perdimos todo. Tuvimos que mudarnos a un barrio en el que no me sentía seguro, me acosaban por ser gay, estar gordo y ser negro. No podía permitirme el lujo de hacer cosas que costaran un dinero extra porque no nos sobraba el dinero, por lo que me centré en los estudios, pensaba que serían mi pase de oro. Resulta que se me daban bien las ciencias y la sanidad me llamaba la atención porque era una forma de ayudar a la gente, así que tenía pensado estudiar durante los próximos diez años e ir a la facultad de medicina”.
Un giro inesperado.
“En el instituto, empecé a hacer vídeos en YouTube e Instagram como actividad complementaria para estimular mi creatividad, de la manera que fuera. Hablaba sobre los problemas que tenía, lo que me resultaba más difícil y cómo conseguía superarlo, creo que este enfoque le resultó diferente y nuevo a mucha gente. No me las daba de entendido ni de sabelotodo y repartía consejos sobre lo que está bien y lo que está mal. Muchas veces solo buscamos una conexión; queremos dejar de sentirnos solos, en lugar de que nos digan lo que tenemos que hacer. Con el tiempo, la gente empezó a seguirme y a apreciar mi contenido, así que seguí creando. En mi primer año de universidad, pensé: ‘Vaya, en realidad, esto es un sueldo. Ser creativo podría ser mi trabajo’. Después de graduarme, me di cuenta de que tenía la oportunidad de hacer lo que me llenaba más allá de la atención sanitaria y me tiré a la piscina. Desde entonces, estoy tratando de compaginar la vida de artista a tiempo completo con la de empresario a tiempo completo, que no tienen nada que ver con la de estudiante”.
Ali relata momentos personales de su vida en vídeos de YouTube como este: “Intento organizar mi vida y fijar mis objetivos después de graduarme de la universidad”.
Un delicado equilibrio.
“El empresario y el artista que llevo dentro luchan incansablemente el uno contra el otro. Para ser empresario hay que tener todo planificado y organizado a fin de, ya sabes, pagar los impuestos y todo eso. En cambio, ser creativo es mucho más dinámico. Mi contenido está íntimamente ligado a mis emociones y a lo que me ocurre, lo comparto para poder ayudar a otras personas. Por tanto, puede ser todo un reto tratar de combinar ambos aspectos.
Un día en su vida.
Me levanto sobre las seis de la mañana, hago una hora y media de ejercicio, intento quemar 750 calorías, vuelvo a casa, me ducho y preparo el desayuno. Y ya está, empiezo el día. Por la noche, me tomo una copa de Pinot Grigio con un chorrito de St. Germain (esa sí que es una buena combinación), hago mi rutina de cuidado facial y leo un libro.
Le encanta mimar su piel.
“Me encanta cuidar mi piel y hacer mi rutina de cuidado facial; todas las mañanas después de levantarme y antes de acostarme me tomo un momento para centrarme en mí. Casi todo lo que hago está relacionado con los negocios o me ayuda a tener éxito de una u otra forma, pero, en ese momento, tengo que dejar todo lo demás y dedicarme diez minutos. Algunos piensan que es demasiado tiempo solo para la cara, pero se trata de cuidar de mí mismo”.
Gestionar la inseguridad y desarrollar fortaleza interior.
“Algunas personas dudan de sí mismas y ello les impide trabajar, mientras que otras tienen esas mismas inseguridades, pero las motivan a esforzarse más. Todos lo afrontamos de forma diferente, pero todos pasamos por ello. Hace poco miraba a la cámara y no quería ponerme delante de ella, sentía que mi contenido no le importaba a nadie, que la gente lo vería y lo olvidaría a los dos minutos. En lugar de luchar contra ese pequeño momento de depresión, que es algo completamente normal, me sinceré y dije: ‘Estoy triste, me siento así’. Una vez que lo acepté, pasé a repetirme por qué hago lo que hago: viendo mi propio contenido, me recordé a mí mismo que me encantaba. De hecho, me encanta hacerlo, me llena, me hace feliz y, cuando me centro en eso, crear me resulta más sencillo”.
Escrito en las estrellas.
“Mi signo ascendente es Virgo. Los virgo son personas muy orientadas al trabajo y a la planificación, muy organizadas. Por tanto, después de mi rutina de cuidado facial, me siento a mirar mi calendario y mi lista de tareas. Tengo un calendario enorme de borrado en seco en mi habitación, en el que planifico lo que voy a hacer cada día. Algunos días los reservo para escribir (programas de televisión, guiones para charlas en público que pueda utilizar en el futuro o vídeos conceptuales), otros para grabar, otros solo para descansar, depende”.
Encontrar el kit de herramientas adecuado.
“Un par de años después de comenzar a trabajar como influencer, empecé a recibir muchos documentos: acuerdos, contratos, patrocinios, acuerdos de confidencialidad, comunicados de prensa... Lo hago literalmente todo en Adobe [Acrobat]. Puedo editar, organizar, firmar y escanear. Usar Acrobat es como cepillarme los dientes: algo completamente normal”.
Lema de vida.
“Tengo un tatuaje en francés que dice, Dans la vie tu dois travailler pour ce que tu veux, que significa: “En la vida hay que trabajar para conseguir lo que se desea”.